"Bueno, me levanté el domingo por la mañana
y no había forma de sujetarme la cabeza para que no doliera
y la cerveza que tenía para desayunar no estaba mal
así que me tomé otra de postre
entonces revolví mi armario
y encontré la más limpia de mis camisas sucias..."
En esta mañana de domingo visita mi memoria y, en consecuencia, mis altavoces "Sunday Morning Coming Down". Escrita por Kris Kristofferson, la conocí hace poco más de una década en una versión en directo de Johnny Cash y todavía hoy sigo abrumado. Es un inmejorable ejemplo de perfección compositiva. La música y la letra (por cierto la traducción del principio es libre, espontánea y, por tanto, seguramente mejorable) transmiten la nostalgia y las soledad, resacosa o no, de ese amanecer y posterior paseo en la mañana dominical.
En un domingo cualquiera, como este, cuando la sombra del lunes laboral es demasiado alargada y los ecos del sábado demasiado lejanos, puedes cometer el acertado error de pincharla. Y besarás la lona, sí, pero de la forma más dulce. Y nada más acabar agarrarás la aguja y la dejarás caer de nuevo en el surco que marca el inicio de esos minutos de empatía. La comprensión del amigo de voz profunda que comparte su experiencia y sabe que "hay algo en un domingo que hace que te hacer sentir solo..."
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