En estado de shock.
Así es como me he encontrado un par de segundos esta tarde.
A ver, uno se encuentra divagando en medio de una relajada conversacion de sobremesa (sí, en mi puesto de trabajo). De esas que no conducen a nada, sin por ello ser menos disfrutables, cuando escucho a mi espalda "a ti te buscaba yo. Tú seguro que lo sabes".
Al girarme averiguo que la voz viene de *#&`(protejamos su identidad), compañero de otro departamento, que se ha molestado en atravesar un par de puertas y en recorrer unos 12 metros de pasillo para hacer la pregunta del millón "¿quién es el mejor batería del mundo?".
Ante una cuestión de (parece ser) tan vital importancia, lo único que se me ocurre decir es "ufff, no sé, eso va en gustos". A lo que alega que, bueno, el de Marilyn Manson es el mejor, pero que otro compañero suyo dice que el de esos tíos que van pintados y con máscaras (Slipknot)....
Llegados a este punto me veo obligado a aclarar que estos muchachos no llevan camisetas, vaqueros o zapatillas. Van lo que se dice hechos unos pinceles y tu abuela estaría orgullosa de que fueran tus amigos/as o novios. Menciono esto para evitar que se construyan una imagen equivocada de la escena.
Al fin, y tras escuchar que "hubo un tío en los 80 cuya batería daba vueltas" (Tommy Lee, de Motley Crue), lo único que alcanzo a decir es "pero el mejor batería vivo ¿verdad?".
Lo cierto es que el único motivo por el que formulo semejante pregunta es:
a) Algo en mi cabeza me conmina a decir algo antes de que se note que no comprendo muy bien la situación ni el sentido de gran parte de la conversación. Menos aún a esas horas de la tarde, cuando tras el alimento corporal, la cuestión más importante es "¿no podría echar una cabezadita sin que toda la ética laboral y sus consecuencias cayesen sobre mi?" .
b) En ese momento pienso en Keith Moon.
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