domingo, 28 de febrero de 2010

DOBLANDO NOSTALGIA

Todo el día de ayer le estuve dando vueltas.

Quería introducir esta entrada pero no le veía el enfoque.

Esta mañana me he enterado de la muerte de Rafael Penagos Jr., poeta y actor de doblaje. Prestó su voz, entre otros muchos, a Willie Fog, Stan Laurel, George Roper, Sherlock Holmes...

Yo no le conocía, es decir, no sé como era física ni personalmente, pero, sin saberlo, he disfrutado de su voz, como de tantas otras, desde la infancia.

Si sientes pasión por cine y la T.V. (la buena, la de las películas con coloquio y series con enjundia) desde la niñez, un gran número de personajes han quedado ligados a una voz, una entonación y un timbre particular.

Si la situación, o alguien, lo requiere, no tengo problema en acudir a ver una película doblada, aunque no negaré que, generalmente, me decanto por la versión original.

Sin embargo, cuando llegó a nuestras pantallas "The Simpsons Movie", mi acompañante, con muy buen criterio, me sugirió que la viésemos doblada, dado que para nosotros Homer no hablaba como Dan Castellaneta (que le da voz en U.S.A.). Para nosotros, como para tantos otros, Homer tiene la voz de Carlos Revilla y, desde 2001, de Carlos Ysbert (nieto de Don Pepe Ysbert). Así, finalmente vimos "Los Simpson: La Película".

El caso más serio e innegociable se produce cuando la serie o película en cuestión ha formado parte de tu más tierna infancia o juventud. Me recomendaba un amigo que disfrutara de "Starsky y Hutch" en castellano, pues era como había sido emitida aquí y como comocimos a este par de "chuletas" con placa.

Sí; a día de hoy, y gracias al dvd, podemos recuperar grandes momentos y personajes que nos acompañaron, y apoyaron, en nuestra juventud y escuchar su voz original. Pero, si veo Galáctica (*), en pleno combate estelar quiero oir al teniente Starbuck gritar al capítán Apolo "¡Apolo, tienes uno en la cola" (frase que marcó a una generación entera). Si veo "Pesadilla en Elm Street" (*) quiero escuchar a Heather Langenkamp gritar con la voz de Ana Ángeles García y susurrar amenazante, en el papel de Freddy, a José Guardiola.

Lo mismo se podría decir de "V" (*), "El Equipo A" (*), "Caída y Auge de Reginald Perrin" y tantas y tantas otras.

No se trata de chovinismo, vivo más bien al otro extremo de ese término, sino de memoria nostálgica y sentimental. Sería algo así como si recordases a ese amigo de la infancia, o a tu padre, o a tu hermano en determinadas situaciones o momentos imborrables y, de repente, en ese recuerdo, cambia su voz... y el idioma en que se expresa. Chocante.

Supongo que, en ese sentido, somos (mi generación) la consecuencia directa de una población en extinción y blanco y negro (cinematográficamente hablando).

Personas que corrían para no llegar tarde a ver a Tirone Pober, Jon Vaine o Umprei Bogar y temían que se agotaran las entradas del estreno de la nueva de Victor Mature, Grace Kelly o Caterin Jepbur (todos ellos leídos como aquí he escrito).

Recuerdo con cariño cómo un compañero de clase narraba, no sin chufla, que su madre, para referirse al intérprete que daba vida a Terminator o Conan, nombraba a un tal Arnol Churemberguer.

Probablemente, aunque temo que sólo en apariencia, era, eran,éramos, un país con menos cultura (en idiomas) pero, qué quieren que les diga, debía llenar de ilusión que por fin se estrenara "El Gatopardo" y no tener que preocuparte de si se pronuncia Burt Lancaster o Bart Lancaster.

Y es que, hoy en día, en las ocasiones en que uno conoce la pronunciación correcta, no sabe si usarla o no. Dependiendo del interlocutor y la opción tomada, uno puede ser acusado de pedante o de ignorante. De soberbio o necio.

Por ello, siempre que puedo, me dejo llevar y pronuncio el nombre como me sale del cerebro. En muchas ocasiones, me llena de orgullo (baturro quizás) reconocer que me sale la pronunciación en blanco y negro o tecnicolor, la de nuestros abuelos y padres.

Cuando por fin se estrenó "The Wrestler" (9 meses esperando) fui recriminado por decir que por fin se estrenaba "De Gruesler" pero, qué puedo decir, se me hacía raro hablar el idioma de Cervantes y hacer un alto para pronunciar como es debido Wrestler.

Para ir acabando, pues no quiero abusar de su tiempo, he de decir que siempre que disfruto de "El Hombre Tranquilo" procuro oir a John Waine y a sus compañeros de reparto en castellano. En efecto es otra de esas joyas que me han acompañado a lo largo de mi vida y ese "ESO ES MENTIRA", que The Duke escupe en la taberna, es imbatible.

Valga este texto como un homenaje. No sólo a los recuerdos de una infancia (y toda una vida) en castellano, sino a aquellos que lo hicieron posible y que dieron forma al carácter de nuestros héroes. Los dobladores o actores de doblaje, cuyos nombres desconocemos (he tenido que consultar para escribir este texto) aunque llevemos su voz en la memoria.

En fin, esta tarde volveré al cine en V.O. con sus "Watch out!", sus "one scotch" y sus "oh my god", y lo disfrutaré muchísimo, pero en el corazón llevo esas matinales del Cine Aragón donde se advertía "¡cuidado!", se pedía "un escocés" y se exclamaba "oh Dios mío".



* Marco los títulos cuyo infame remake está pendiente de estreno, o ya ha sido estrenado, y que me niego a ver. Lo siento mucho pero con mi infancia no se juega.


Para mí se dijeron "Sí, quiero", no "Yes, I do".

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